lundi 20 juin 2011

¿Qué es el temple?



Hay noches en las que me gustaría gritar hasta romperme la garganta. Deshacerme como se mata a una gallina. No por dejar de ser civilizada sino por intentar despertar de esta pesadilla.
Sólo apago la tele.
Y me averguenzo por no hacer más. Y me meto en la cama y me tapo aunque estemos casi en verano. Y sueño, o eso creo.
Me despierto a menudo en mitad de la noche. Enciendo la luz del suelo porque ya no tengo mesita...para qué si terminamos dejándolas en los pisos al mudarnos por razones de rupturas.
Entonces vuelvo a dormirme, desilusionada. Entre dos cojines, como me lo enseñaste. Como vi cuando empezamos a dormir juntos. Te ponías un cojín por el lado que no conseguía abrazar. Así te dormías bien.
Ya sé porqué lo hacías.
Me levanto. Creo que al cambiar algo, un vaso de su sitio, el tenedor del cajón de abajo, conseguiré aceptar que el tiempo pasa.... Todo sigue igual, no estás conmigo. Estuviste tan poco tiempo pidiendo mi abrazo nocturno. Desde entonces, mi vida ha cambiado. Mi corazón sigue igual. Escondido detrás del seno podrido.

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